Una cava personal demuestra, antes que nada, un estilo de vida en el que se unen con amor y refinamiento el buen criterio selectivo y el gusto que de allí se deriva. No sólo esto: es un indicio muy claro de una noble pasión que combina el placer con la salud, pues el vino satisface a los sentidos y contribuye a conservar en buenas condiciones la existencia humana.
Ernesto de la Peña, escritor